Ciudad 68
El Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC) realizó un mapa web con georreferencias de los momentos más significativos del movimiento estudiantil y la XIX Olimpiada llevados a cabo en la Ciudad de México en el año de 1968.
El Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC) realizó un mapa web con georreferencias de los momentos más significativos del movimiento estudiantil y la XIX Olimpiada llevados a cabo en la Ciudad de México en el año de 1968.
Los disturbios de esos días se distinguen por el uso de gas lacrimógeno, camiones incendiados, bombas molotov, encarcelamientos y la aparición de los primeros cadáveres de jóvenes que tenían entre 14 y 17 años. Durante la noche del 29 de julio, el ejército desaloja las preparatorias 1, 2, 3, 5 y 7 de la UNAM y las Vocacionales 2, 5, 7 del IPN, además de la Escuela de Arte Dramático del INBA. La puerta principal de la Preparatoria 2, de origen colonial, es destruida con un disparo de bazuca. Al día siguiente, el ejército entrega todas las instalaciones, excepto la Preparatoria 5 de la UNAM.
Mientras la policía sale de la Preparatoria 5 de la UNAM y la Vocacional 7 del IPN, en la Ciudad Universitaria se celebra un mitin donde el Rector Javier Barros Sierra aboga por la autonomía de la Universidad y exige ante una audiencia de 20 mil asistentes, lo siguiente: “Hoy, más que nunca, es necesario mantener una enérgica prudencia y fortalecer la unidad de los universitarios. Dentro de la ley está el instrumento para hacer efectiva nuestra protesta. Hagámosla sin ceder a la provocación”.
La conciencia popular estudiantil crece significativamente , especialmente en defensa de los derechos constitucionales no respetados. Así, a las 5:00 p.m. sale del Museo de Antropología una manifestación que llega hasta el Zócalo. Asisten aproximadamente 300,000 personas que exigen el cumplimiento del pliego petitorio.
En el Zócalo, el gobierno realiza un “acto de desagravio” a la bandera nacional que ha sido cambiada por una bandera rojinegra. Asisten trabajadores al servicio del Estado, cerca grupos de estudiantes realizan mítines relámpago y se mezclan con los burócratas que ahí se encontraban. El acto es disuelto por carros blindados y tropa de infantería se encargan de desalojar el Zócalo. Se cree que los hombres que resguardan el asta bandera al final pertenecen al Batallón Olimpia, en la que sería su primera acción pública.
Posterior a la manifestación, los estudiantes se proponen realizar un campamento permanente hasta la obtención del diálogo público o bien, a la aparición del presiente Díaz Ordaz para el Informe Presidencial. A media noche, después de avisar por los altavoces del Zócalo, salen tanquetas del Palacio Nacional y los estudiantes que permanecían en la plancha son desalojados.
En la rectoría, el rector Javier Barrios Sierra protesta a través de un comunicado de prensa por la ocupación militar: “La ocupación militar de la Ciudad Universitaria ha sido un acto excesivo de fuerza que no merecía. De la misma manera que no mereció nunca el uso que quisieron hacer de ella algunos universitarios y grupos ajenos a nuestra institución (...) La atención y solución de los problemas de los jóvenes requieren comprensión antes que violencia. Seguramente podrían haberse empleado otros medios. De las instituciones mexicanas y de nuestras leyes y tradiciones se derivan instrumentos más adecuados que la fuerza armada”.
Choques violentos entre estudiantes y elementos de la policía. En la Vocacional 7, Zacatenco y el Casco de Santo Tomás del IPN, los granaderos lanzan bombas de gases lacrimógenos y los estudiantes se defienden con botellas con gasolina, conocidas con el nombre de “bombas molotov”. En la madrugada, El Colegio de México (Colmex) es objeto de un ataque de tiros por parte de desconocidos. Al siguiente día, continuaron los enfrentamientos hostiles, principalmente cerca de las escuelas en huelga.
El ejército desocupa la Ciudad Universitaria y algunos planteles del Politécnico. Al día siguiente, en la Ciudad Universitaria se reanudan labores de investigación, administración y, parcialmente, las de difusión cultural y el Consejo Nacional de Huelga decide continuar la huelga escolar y convoca a un gran mitin en la Plaza de las Tres Culturas.
Después de haber renunciado el 23 de septiembre, Javier Barros Sierra retoma la rectoría de la UNAM y exige la salida del ejército de las instalaciones de Ciudad Universitaria. En una carta dirigida a la Junta de Gobierno de la Universidad Nacional Autónoma de México manifiesta su decisión de no abandonar sus funciones: “He servido solamente, y no variaré mi línea de conducta a la Universidad Nacional Autónoma de México. Nuestras tareas inmediatas serán: Restablecer el orden universitario y demandar al gobierno la desocupación de nuestros recintos por las fuerzas militares”.
Son liberados 63 estudiantes. La nota del periódico El Día señala: “En el momento en que iban saliendo en libertad los estudiantes se echaron porras del Politécnico y la Universidad y un conjunto norteño alegraba el ambiente, mientras que algunos liberados y amigos de los mismos alzaban el brazo derecho indicando con los dedos la V de la victoria”.
En la Ciudadela se registra una pelea entre estudiantes de la Secundaria-Preparatoria Isaac Ochoterena (UNAM) y las Vocacionales 2 y 5 (IPN). Un grupo de granaderos intervienen de forma violenta e irrumpen en el edificio de la Vocacional 5. Aparecen los primeros heridos y el conflicto se habrá de extender por varios meses más.
La manifestación del silencio fue un momento cumbre en la historia del movimiento estudiantil. Ante las acusaciones en la prensa y televisión nacional sobre los enfrentamientos anteriores, los estudiantes realizaron una marcha silenciosa y ordenada, donde los asistentes llevaban tapada la boca. La consigna era: “Nuestro silencio será más elocuente que las palabras que ayer acallaron las bayonetas”. Partió del Museo Nacional de Antropología e Historia y culminó en el Zócalo de la ciudad. Asistieron 250,000 personas con carteles de héroes nacionales.
Durante el IV Informe de Gobierno, el presidente Díaz Ordaz concede gran importancia al problema estudiantil: “Durante los recientes conflictos que ha habido en la Ciudad de México, se advirtieron, en medio de la confusión, varias tendencias principales, la de quienes deseaban presionar al gobierno para que se atendieran determinadas peticiones, la de quienes intentaron aprovecharlo con fines ideológicos y políticos y la de quienes se propusieron sembrar el desorden, la confusión y el encono, para impedir la atención y la solución de los problemas, con el fin de desprestigiar a México, aprovechando la enorme difusión que habrán de tener los encuentros atléticos y deportivos e impedir la celebración de los Juegos Olímpicos”.
La Coalición de Organizaciones para la Defensa de los Valores Nacionales y el Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (MURO) llevan a cabo una manifestación de la Basílica de Guadalupe a la Plaza México. Participan estudiantes con pancartas del MURO, boy scouts, y algunos campesinos portando lemas anticomunistas.
Se presentan formalmente 165 inculpados en la cárcel de Lecumberri, acusados de los siguientes delitos de orden federal: invitación a la rebelión, asociación delictuosa, sedición, daño en propiedad ajena, ataques a las vías generales de comunicación, robo, despojo, acopio de armas, homicidios y lesiones contra agentes de la autoridad.
El Comité Nacional de Huelga había llamado a una manifestación de la Plaza de las Tres Culturas hacia el Caso de Santo Tomás del IPN para exigir la salida del ejército del Instituto Politécnico Nacional, pero ésta no se lleva a cabo bajo el aviso de un extenso despliegue policial. No obstante, a las 6:10 de la tarde, después de que un par de bengalas iluminaran el cielo, inicia una balacera entre ejército y el Batallón Olimpia, lo que provoca una masacre de jóvenes, estudiantes, adultos, mujeres, ancianos y niños. En las horas siguientes se contabilizan varios centenares de heridos y alrededor de dos millares de detenidos.
En una asamblea general en la Escuela Superior de Físico-Matemáticas surge formalmente el Consejo Nacional de Huelga (CNH), conformado por dos participantes por escuela. Para ese entonces, la unidad de todas las escuelas del IPN y la mayoría de la UNAM era una realidad, sumando un total de 59 núcleos de estudio. Así, el CNH emite su pliego petitorio con seis demandas: • Libertad a los presos políticos • Destitución de jefes policiales, los generales Luis Cueto Ramírez y Raúl Mendiolea y el teniente coronel, Armando Frías • Extinción del cuerpo de granaderos • Derogación del art. 145 y 145 bis del Código Penal Federal, que condenaba el delito de disolución social y funcionaba como el argumento jurídico que justificaba las agresiones • Indemnización a los familiares de los muertos y heridos desde el inicio del movimiento • Deslindamiento de responsabilidades de las autoridades
Son retiradas las tropas del ejército que desde la madrugada del pasado 24 de septiembre ocupaban las escuelas e instalaciones del IPN, ubicadas en el Casco de Santo Tomás. Después que los planteles del IPN ubicados en el Casco de Santo Tomás son entregados por la Secretaría de la Defensa, se lleva a cabo una reunión en el auditorio de la Escuela Superior de Comercio y Administración, a la que asistieron los directores de todas las escuelas del IPN.
La unidad entre los estudiantes de las distintas casas de estudio crece. El Instituto Politécnico Nacional realiza una manifestación que va desde Zacatenco hasta la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, ubicadas en el Casco de Santo Tomás a la que asisten aproximadamente 30,000 estudiantes y maestros. Cabe señalar que no acude su director, Guillermo Massieu.